lunes, 29 de agosto de 2016

Sobre el ejercicio de la paciencia

Ayer, con unos amigos con un poco de años más y muchas experiencias a cuestas, hablábamos de como y con quiénes teníamos paciencia. Pero no la paciencia de esperar, sino la paciencia que viene desde el afecto desinteresado "supuestamente".
La mayoría coincidíamos en dar prioridad a aquellos amigos realmente merecedores de nuestro afecto honesto y sincero, y no a aquellos que solo aparecen en momentos de necesidad sin siquiera preguntárnos sí estamos bien... Obviamente no son amigos son allegados ventajeros por denominarlos de alguna forma.
Reflexionaba entonces en las personas que nos rodean, muchas de ellas conocidas, amigos creo contarlos con los dedos, y como yo ejercía esa paciencia. Y me he dado cuenta, y a través de muchas situaciones, que solo apunto a dar prioridad a quien nos apoyan, a quien nos valoran y aceptan en lo bueno y lo malo con todas nuestras virtudes y falencias. El resto, y parafraseando a Moria Casán, es decorado, es simple derredor eventual... Son mientras tanto, y por como soy de caracter y sabiendo a quien quiero realmente en vida, esas personas no me hacen falta, pasarán (como muchos) tomará aquello necesario pero yo me quedaré con la conciencia tranquila y corazón contento de estar rodeada de seres humanos valorables y con valores.
La paciencia es un don difícil de encontrar pero tan también es un don difícil de brindar, más cuando las experiencias te van abriendo los ojos... La paciencia se riega día a día sin ahogarla. Sí se ahoga no sirve y saca a flote realidades escondidas.
Me brindo a quien sabe aceptarme y no me juzgas ni tampoco (como es común hoy día) desaparece. Doy paciencia a quien está, así de simple. Las cosas y las personas de "a momentos" no valen siquiera la pena o ni valen una mirada.

miércoles, 24 de agosto de 2016


¿a dónde iremos...

Un día decidimos subir a tu barca,
confiarte el timón.
Desde entonces
navegamos por la vida
y escuchamos sonidos diversos,
el ruido del trueno
que anuncia la tormenta,
los cantos de sirena
que prometen paraísos imposibles,
el bramido de un mar poderoso
que nos recuerda nuestra fragilidad,
las conversaciones al atardecer
con distintos compañeros de viaje,
los nombres de lugares
que aún no hemos visitado,
y los de aquellos sitios
a los que no volveremos.

A veces nos sentimos tentados
de abandonar el barco,
de cambiar de ruta,
de refugiarnos en la seguridad
de la tierra firme.
Pero, Señor,
¿a quién iremos…
si solo tú puedes ayudarnos
a poner proa
hacia la tierra del amor
y la justicia?

José Mª Rodríguez Olaizola, sj

martes, 23 de agosto de 2016

¿Creo en el Amor?

Hace días, semanas diría mejor, que ando enfocándome en esa pregunta. Haciendo hincapié en el Amor con mayúscula, no el amor visto o sentido como afección y simpatía. 
He pasado por varias experiencias, a nivel pareja, en los últimos años y he llegado a la conclusión que esa forma del Amor no está destinado ni hecho para mí. Sí puede sonar drástico hasta quizás en algún punto resentido. Extremo, podría ser, pero resentido seguro no, porque he aprendido a superar la frustración y la sensación de fracaso, no conmigo como persona, sino más bien en el conjunto del 1+1 nunca se llega a dar en plenitud, por las razones más variadas y variables. Desde excusas casi improbables (maquilladas de mentiras) hasta problemas psicológicos, falta de madurez (no me considero la persona más madura pero se lidiar con mis límites y defectos) y descuelgues para zafarse de forma (poco) elegante para la otra persona.
He aprendido a "surfear" entre hombres (tipos la gran mayoría) faltos de sinceridad, poco caballeros y muy llenos de habladuría. En la sociedad en la que se vive hoy, esto es moneda corriente, y te lleva al punto de "tomalo o dejalo". Lamentablemente (o quizás afortunadamente!) no me gusta conformarme, menos en las relaciones. Por eso de aquellas experiencias he decidido no pasar más por eso, no quiero pasarme la vida "surfeando" entre claroscuros de una relación. Sin compromiso (y no por matrimonio, nada más alejado de mí!!!) y voluntad real de cada individuo muy dificilmente se llegue a una relación de pareja sana y duradera. 
No pretendo un príncipe azul, no existe... Es más no pretendo más. No me interesa ningún hombre que de alguna manera u otra termina lastimandote o dejándote en pedazos. No dejo ya que me afecten así porque no vale/ni valen la pena. No he encontrado ese por el cual valgo todo la pena. 
Por otro lado el Amor con mayúscula lo he vivido con alta plenitud con mi familia, con pocos amigos, que en pequeños detalles me dado grandes sonrisas y momentos de mucha felicidad
Con eso me quedo y quedaré siempre. Eso no quita que haya amigos o parientes que alguna vez nos defrauden, obvio esa personas no forman parte de mi vida. Por eso mi apoyo son de las personas de la cuales proviene amor sincero, desinteresado y sin dobleces antes las dificultades.
Regalos de la vida que me ayudan a crecer como mujer y a transitar los caminos de la felicidad.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Cuando de histéricos se trata...

Mitologicamente siempre las mujeres fueron tildadas de histérica, de poco resolutivas o de no terminar de dar pasos al frente.
Pero, quizás hoy en día más, se notan que los hombres son merecedores (con altos honores) del mote de histéricos. Y lo peor de todo que ejemplo de ello son hombres (buenos sí los pudiéramos calificar así) de mediana edad, supuestamente con algo de experiencia y madurez vivida.
Es lamentable ver como un hombre flamea de un lado de para otro, sí explicación coherente posible, se desplazan por entre muchas feminas y terminan simplemente (para su razonamiento) desapareciendo.
Alguien podría avivarlos y quizás dejarles entrever que solemos darnos cuenta cuando vienen con vueltas, con mentiras... lástima que la obviedad no la saben comprender acabadamente.
Sí quizás suene a resentida, sé perfectamente que es lo contrario... Pero ya he dejado de creer en los hombres, es decir en los tipos vuelteros y llenos de mentiras. Es cansador y hasta en una primera cita se les nota a lo lejos los histéricos que son.
Por suerte me voy inmunizando de tanta filosofía barata, y empiezo a valorar mi futuro sin una pareja y sin nadie, ningún hombre/tipo que me saque de la tranquilidad en la cual vivo...
Viva la libertad sin histeriquismos

domingo, 14 de agosto de 2016

Ser dueña de mi propia historia

Nadie debe adueñarse de nuestros sentimientos, es difícil lograrlo porque queremos poder compartir esos sentimientos, pensamientos, valores, acciones, decisiones, etc. Pero jamás comprometas aquello que es intrínseco a vos, por de ahí sale todo lo mejor y sobre todo nace la felicidad... Sí parte así, sin depender, el compartir llega y lleva a la plenitud del encuentro en cualquier circunstancia.